17/05/01

 

 

El Medio ambiente y la ética del Nuevo Testamento

 

     Nuestra económica estandarde con su sistema de valores "tradicionales" se encuentra en obvia contradicción con los conocimientos de la ciencia, cómo son límites de los recursos, irreversibilidad de los procesos reales etc. Usando sus paradigmas el hombre crea y apoya actitudes contramedioambientales. Sin embargo, fuera de la corriente predominante de la económica se buscan caminos al alterar el sistema de valores y finalmente al mudar el modo de vida. Esta alteración, esta mudanza es el sentido verdadero de la palabra arrepentimiento. Buscar esos caminos y llamar al modo de vida diferente del tradicional, a la vida que estima toda naturaleza cómo obra buena y harmónica del Creador, es la tarrea importante de los cristianos, de los discípulos del Jesucristo. Él enseña, cómo vivir, pensar, hacer.

      El modo de vida que no hace daños a la naturaleza lo ha Jesús descrito hace dos mil años en su Sermón del Monte (Mat. cc. 5 - 7). Aquí, en Sus bienaventuranzas, hallamos las condiciones de la vida llena, feliz, verdadamente humana. Y estas condiciones corresponden al modo de vida, que respecta exigencias medioambientales.

     La tercera bienaventuranza (Mat.5.5) está ligada con la Tierra: "Binaventurados los mansos, porque ellos recibirán la Tierra por heredad". Un adjetivo griego antiguo "PRAYS" tiene su significación más amplía que contemporáneo "manso", signífica también humilde, afable, no violente. El futuro de la Tierra no pertenece a los violentes, a los codiciosos, a los orgulosos, a los arrogantes.

     El afán apilar, el cuál Jesús ha critizado (Mat.6.19-21), ha ocurrido ya en su tiempo y a partir de ese tiempo ha crecido terriblemente. Este esfuerzo humano es razón de la tensión entre hombre y su ambiente y también se proyecta a los relaciones interhumanos. Las palabras se Jesús, escritos en Mat.5.25-32, actuan en nuestras vidas como balsamo consolante. Es verdad, que cristianos no somos inmunizados de inquietarse por el futuro personal y de familia. Pero La Biblia da testimonio de los valores mucho más altos que son los terrenales, materiales.

     Apilación de las cosas materiales evidentemente contradice a la estacionaridad, exigida por los límites físicos en los cuales vivimos. El esfuerzo humano apilar, enemigo al medio ambiente, es acompañado con la pérdida de la dimensión espiritual de personalidad. "Donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón", ha dicho Jesús a sus discípulos (Mat.6.21).

     La economía mundial es basada en el cambio de bienes materiales, realizado por el dinero y por el mercado, que en su forma ideal es basado en la reciprocidad de las relaciones, pero actualmente tiende al crescimiento de las diferencias sociales. Jesús enseña, que esta reciprocidad es sólo algo temporal, es ajena al Reino de Dios (Mat.5.21-47). La vida llenamente humana necesita continuar yendo a la profundidad de la vida, romper la fría ley y dar al que necesita, y dar le más que el pida. Esas acciones correspondenetes al evangelio y basadas en él, pueden dar algúna compensación de las tendencias desequitadas del mercado.

     En la Biblia, mayor parte de los textos sobre la relación entre hombre y la naturaleza se halla en el Testamento Antiguo. Es porque al hombre del Antiguo Testamento fue natural, que despues de él muchas generaciones vivirían en la Tierra. En contraste, los primeros cristianos esperan intensivamente la pronta segunda llegada de Jesucristo y no piensan en las geneciones futuras. Pero nuestro Salvador no dijo que ciertamente llega pronto, él quire que sus seguidores sean continuamente listos y enseña que el hombre no tiene ninguna información sobre el día, en el cuál él llegará (ni sobre lo que sua segunda llegada concretamente signífica). Su voluntad es, que sus discípulos vivan y actuen en tal manera, que tanto puedan dar cuenta de sus vidas en cada instante como cuenten con posiblemente largo horizonte de la vida humana sobre la Tierra. En la práctica económica, está un conflicto entre horizontes de tiempo largo y corte. Este conflicto desaparezca, cuando evaluemos cosas y hechos con valores del Sermón del Monte de Jesucristo. El modo de vida, el que enseña nuestro Salvador, el optimal desde todos duraciónes, incluido la eternal. Amor, mansedumbre, modestía, orientación espiritual son valores universales. Para nosotros y nuestros contemporáneos eso signífica cambiar los criterios a avaloar, cambiar paradigmas básicas de la vida. Usando otras palabras podemos decir, que eso signífica arrepentirse.

     Las obras prognósticas y las analises del futuro de la vida terrestre y de humanidad enseñan, que los problemas contemporáneos globales, importantes y serios a toda la humanidad (la deterioración del medio ambiente es tal problema), no es posible solucionar sólo con metodos técnicos y legislativos. El cambio del modo de vida y el cambio de valores son de absoluta necesidad. Necesitamos (nosotros – toda humadidad, y especialmenete nuestra civilización európea, llamada cristiana) arrepentirse – METANOEIN, eso es cambiar mentes, cambiar entendimiento en dirección arriba, detrás del mundo material. Eso signífica, que toda nuestra civilización tiene que volver a la Biblia, a los valores inmanente cristianos (es: de Cristo). Y las iglesias son llamadas a la amplia colaboración fraternal y a la abertura a toda gente de buena voluntad por lo bueno, por tratar prudentemente las cosas, las cuales nosotros cristianos aceptamos como dones preciosos de Dios, dones, que pertenecen a toda la humanidad, incluído los, los cuales – si será la volutad del Señor – vivirán en futuro.

     No hace mucho tiempo la propaganda comunista en los países del bloque Soviético hablaba contra la religión, contra la Biblia. Analogicamente influían algunas corrientes del pensamiento de la Eúropa Occidental. Por eso a nos cristianos gustaba oír sobre halazgos arquélogicos correspondentes a la historia bíblica. Hoy oímos menos hablar contra la Biblia y contra la religión, pero la práctica económica actua de tal manera. Dinero y consumo son dioses del hombre típico de hoy. A pesar de ello hoy estamos delante del halazgo mucho más importante y digno de atención que fuen halazgos arquélogicos: El porvenir de la humanidad exige vivir tanto, como enseña Jesucristo; sus valores son necesarias para la vida futura del hombre. Las obras prognósticas y las análises del futuro de la vida terrestre y de humanidad dicen, que Jesús realmente es la verdadera vía (Juan 14.6). Es desafío importante a nos cristianos.

Jiri (Jorge) Necas